Mini relato: Ya es primavera en mi vida

Mini relato: Ya es primavera en mi vida

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Hoy quiero compartir con vosotros un pequeño relato que escribí hace unos días, porque dicen que un buen ‘escritor’ escribe cada día, sea lo que sea. Yo sólo espero que os guste.

«Estamos en una tarde soleada de finales de marzo, donde ya empieza a notarse el calor y el paisaje comienza a mostrar el colorido propio de la primavera. Él va conduciendo de camino a casa como cada tarde. De vez en cuando le gusta variar la ruta para no sentirse como un autómata haciendo siempre el mismo recorrido.

Con las manos al volante y la vista puesta en la carretera, de repente su mente se para en un punto fijo de aquel parque; justo en ese banco donde tantas tardes pasaron comiéndose a besos y riéndose juntos. Un nudo aprieta su garganta para evitar que pronuncie su nombre. Su recuerdo acaba de pasar ante sus ojos y una sonrisa se le dibuja en su cara. Presta atención a la canción que suena en la radio en esos momentos pero su letra ya no le habla de ella. ‘Recuerdo cuando todo me recordaba a ti. Por suerte para mí eso ya pasó’ Piensa para sí mismo sonriendo más y alegrándose por todos los momentos vividos.

El paisaje que se observa a través de la ventanilla del coche le confirma que el mundo ha seguido girando mientras él se acostumbraba a los cambios que su vida ha sufrido en los últimos meses. Los niños que antes a estas horas ya estaban en casa porque era de noche, ahora ríen y juegan disfrutando de las horas extras de sol; el anciano que antes buscaba el sol para calentarse, ahora se refugia en la sombra con su viejo perro porque el sol le quema; y los árboles ahora visten sus ramas de hojas y flores…

Todo cambia, nada es eterno. A él le costó darse cuenta de que ella ya no era la misma joven que un día llegó a su vida, él pensó que para quedarse a su lado, pero ella ya tenía otros planes que nunca le contó hasta que no fue demasiado tarde. Él ya estaba enamorado de ella cuando ella le destrozó el corazón sin contemplaciones, dejándole perdido y sin saber por dónde empezar a recomponerse. Lo dejó todo por ella sin esperar nada a cambio y nada fue lo que recibió.

Ahora que ha pasado el tiempo, mira atrás y no se arrepiente de haber luchado por lo que creía y por lo que sentía. Sólo se arrepiente de una cosa: de haberse olvidado por el camino de lo más importante, de él mismo. Por suerte, la venda de los ojos ya se cayó y poco a poco ha aprendido a ver lecciones donde antes veía obstáculos, a levantarse cada vez que se cae, a encontrarse a sí mismo y crecer. Siente que la primavera también ha llegado a su vida, todo crece, se renueva, florece y se llena de vida.»

Mari B Santana

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